sábado, 21 de marzo de 2009

otra vez la despedida
otra vez la mirada esquiva
otra vez los hombros caídos de quien no me da un abrazo
¿por qué os vais tan rutinariamente de mí?

otra vez las despedidas frías como un subsuelo
donde todo sea silencio
y el silencio se traga las palabras que sugieran el amor
atrás de un adiós

por qué venís para iros tan pronto
siempre
todos
¿es que soy como el ogro ciego que no entiendo?
¿es que hay una razón que os justifica?
no la veo
sólo os veo a vosotros llevándose de mí
los ojos salados
las manos quebradas
el corazón otra vez en llama

y cuando presiento que empacáis
seduzco con seducción desesperada
y la seducción desesperada con que os seduzco
sólo me vuelve más indigna
más vil más carne podrida
más público el asco
que me profeso

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