miércoles, 28 de abril de 2010

Se sigue

Sigo estando adentro mío

abro los ojos y la misma mano
tamborilea muy muy lento
sólo el dedo índice

adentro de esa mano
atrás del ojo que la mira
estoy yo

como hace veinte años
como hace más de veinte años

habrá que dejar
de amatambrar la carne del alma
para no salir

Como en aquel tiempo que ya no me pertenecía

aquel recuerdo en la tierra de las hamacas
en la ciudad secreta de los bandidos de pomelo
los amores malogrados
los hijos de palacio
sigo estando dentro mío

habrá que cortarla con buscarse
en el manual del ciudadano
consultando la grilla de las opiniones públicas

como acá nomás
arriba empezando el poema
desde atrás de la mano entumecida
sigo estando

sábado, 10 de abril de 2010

Del más limpio canto que cantan los santos que aman vivir

Es un niño desnudo
sentado en el suelo
jugando
No tiene de malo
nada, de lo nada de malo
que tiene la nada. Escucha un leve ruido
: lo llama
un llamado que tiene
de malo la nada


Si llaman de allá
donde las canillas no se rompen
¿vas a estar, chico de la rasta y los ojos crispados
de la ferretería?
¿vas a estar, viejo danés llamado ole
con el abrazo de nube más grande del mundo?
Si voy donde las venas y el pelo no van
¿te veré rostro hermoso, rostro que tanto ha llorado,
cada día en la lisa sonrisa de un espejo cualquiera?
Allá donde no hay muelas ni ombligo y el sol no quema
¿vendrás conmigo dulce carne aterciopelada
que tan ciegamente he masacrado?
¿Podrá desdoblarse el maestro, y enseñarme allá
donde no se aprende nada, mientras se queda acá
haciendo todo mejor
como cuando estábamos todos?
Allá donde no hay nombres ¿se acordarán de la palabra
con que nombraba a la primera mujer
de diamante y vegetales?
¿podrá acaso responder si me asusto,
a mi sobresalto de hipo?
¿Quién será el que llama?
¿con qué argumentos me arrebata
el silencio de la noche
todos los tipos de ciclos
todos los ruidos del día?
¿con cuáles razones me convoca en otro sitio
en ningún sitio
para qué?
¿con qué amor tan sincero me querrá convencer
de que me vaya?
Allá donde no crecen los árboles ¿estará
este pájaro imberbe holgazán
que canta descarado en la ventana
mientras un niño levanta
la vista
quizás
responde?

sábado, 3 de abril de 2010

Receta para qué

Cuando se sienta estallar, dispersarse, diversificarse; cuando se llene sin querer de frases hechas, cuando no sepa qué, cuando se sienta un fuego.
Cuando sienta perder la perspectiva:

corra hasta la balanza y apriete su gravedad contra ella
(es un plato cuadrado y blanco, y un visor digital, nada más)
abríguese en el diálogo numérico de la física tradicional
Mírese los dedos de los pies aplastados contra el suelo
Tome un cable y átese a la tierra
Tenga una conversación con la ley,
existe siempre al menos una ley, una norma, que reza la unión de sus átomos
y el ritmo natural y vacilante de su multiplicación

En las tardes más raras del mundo, cuando salvarse es una cuestión vital
penda de un hilo elástico y cuide el balanceo de sus movimientos

Seguramente caiga a cada momento
y a cada momento suba raudo hacia el cielo

Rellénese de mermelada barata y mándese al horno
estalle en las paredes
suelte humo negro,
Amíguese un poco con su mala calidad

Recuérdese la magia de las cosas simples, pero mágicas
como un poema de cadencia particular
como el vaivén de un abrazo
como el sonido de la noche, entre el susurro y la nada,
entre los montes oscuros y el arrullo del nido
entre los muertos andantes, y la luna de los ojos
azules y abiertos

Mire fijamente
la hierba que crece de la nada

tenga mucho cuidado
con la incomodidad
Bésele las manos a tan bella dama
piense en la señorita que le cobra las cervezas en el supermercado de a la vuelta

píntele algo
camine un poco
déjese estar en ese barro asqueroso
infle un globo de chicle con las malas ideas
que le mascullan en la cabeza
sin lugar a dudas

No diga miedo
Trate de no llorar
Y no tome decisiones

todo este escándalo

todo este escándalo
de sesenta y siete kilogramos vestido
ciento sesenta y siete centímetros calzado

este ardor de siete galaxias
en tan poca carnalidad

qué hacer me pregunto
con todo el resto del fuego