lunes, 27 de diciembre de 2010

Si vuelve a pasar

Los días siempre renovados, yo sé
que así son y no se pueden practicar
Pero si vuelve a pasar
ya no tendré apenas doce años
ya no será el mal con el bien (y el dolor y el desengaño)
, seremos gente cualquiera
haciendo lo que mejor se pueda
Si sigo desnuda y vuelve a pasar seré fuerte
teniendo el amor todavía (siempre)
frágil como los cristales
profundo como los diamantes
haré las preguntas (y no prenderé fuego), esta vez para adentro
Albergaré tanto dolor como pueda
sólo para bien
Abrigaré al dolor
que venga a buscarme desde lo insondable
dejaré latir al corazón, en el eco del pecho
vacío o vaciado
sólo para bien

Si vuelve a pasar y soy aún como la niña
de falda oscura o de suéter morado
sentada al filo de una cama rosa
dejaré salir a las lágrimas del miedo
que si no se lloran, te hacen tañer
como a una campana
Las dejaré salir, lágrimas de aire
entre los rulos viejos
Observaré el ardor de un rasguño nuevo
Descansaré en el remanso de la esperanza abatida
Me confundiré otra vez, adolescencia muerta, entre la ola y la arena

Esta vez estaré quieta
en silencio, naciendo de nuevo
y de nuevo
y de nuevo,
sólo para bien.

jueves, 9 de diciembre de 2010

una como flor adentro
que va a estallar

la carne va a florecer
y ya nunca más
la soledad oval

martes, 30 de noviembre de 2010

La duda la luz, la muerte y los abrazos (I, II y III)

I
¡Ojos ojos ojos!

maldito hambre-insaciabilidad de ojos,
maldito y bendito
amor que no llegas
(dos instantes en un mismo instante:
ese instante siempre a punto de ser,
y el instante en que se apaga - la espontaneidad).
Mi estómago es un imán andrajoso (escribo, es decir: vivo, por su búsqueda
tensa – la cuerda tensa entre búsqueda y encuentro,
Y me quejo: de su desorden… o no me quejo
me quejo de la duda.
la duda doméstica ¿esta casa, o ésta?
la duda otra, como si hubiera (¿hay?: duda)
el desencuentro entre la dicha (la sosa santidad silente sonriente)
y la adicción (a la caída, a las fogosas sombras
truculentas y crueles que transportan (¿hacia abajo siempre?)
el paquete de huesos que soy).

Ya se van
los ojos que no me miran.

II
No dudo ni dejo de dudar

Recojo las cosas esparcidas de los momentos
y voy trenzando y tejiendo:
Resumo hacia arriba
(no retengo dolor que me retenga)
Resumo y trenzo, tenso el camino hacia la luz.
La sombra es ahora seductora
porque contrasta todavía
con los rayos como tajos
de la luz indeleble.
No se puede negarles la mirada pero

Quién construye
la vida de cada uno
Quién hace a la vida saber a tanto dolor
Nombre científico: vacío existencialis, pero yo no sé,
a mi me sabe a puchero malogrado muy doméstico,
A un morirse lo más lento posible ¿Acaso hay algo más
cínico
que la lentitud de lo indefectible?
No hay más que razones para morir,
todo causas mortales a cuentagotas.

III
Dame un abrazo

y crecerá la hiedra debajo de mis pies
en el abismo de este precipicio
Dame un abrazo y aunque fuesen
falsas sus hojas y estén vacías
sentiré que camino otra vez sobre lo verde
Dame un abrazo
y el ardor tirano y carnal
con que me llama la muerte
se aliviará unos instantes
y aunque fueran tan breves los instantes
conoceré
la no caída que habitaba entre tus brazos

Dame un abrazo y el peso muerto de mi cuerpo
cesará de llamarme hacia abajo y hacia el fuego
Dame un abrazo con torso de hombre, y piel, y manos
las manos húmedas del que aún no ha tocado
temblando
en el roce primero de la espalda ajena
Dame te pido un abrazo y dejaré de andar
como hecha de burbujas que no alcanzan a tocarse
y me volveré de hiedra y raíces
y haré yo misma
en mi fecundidad imposible
la tierra que precisas.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Humildad, quietud, coraje…

todos los miedos (el único miedo) se avecinan,
y es maravilloso
: Este planeta andando y nosotros andando
como los locos,
: la muerte y su gran ropaje de reina, de naufragio
y de olvido,
: las cosas que no se ven, ni se oyen, ni se tocan
ni se olvidan
; esas cosas se avecinan
se acercan al quieto, al humilde,
al aprendiz de guerrero valiente,

Y es maravilloso.

Los maestros de lo sagrado lumínicos se acercan,
groseros e indiferentes, en la sublimación del amor
libidinal y divino, se acercan
a hablarnos callados al oído (A veces les sentimos el aliento
¡y son tan humanos! y están tan prendidos
de un fuego pacífico…)
de las cosas que no hemos visto
, se acercan a hablarnos,
pero queremos,
en el caos ferviente del huevo que se rompe, verlas
por cualquier medio
(por todos los medios
el único medio

de la meditación)
Y es maravilloso.

martes, 5 de octubre de 2010

¿Quién soy?

Claridad Dignidad Respeto Compasión Observación
Compasión con el de ayer.
“El de ayer” es el de hoy para el de mañana. Mañana no me conozco, ¿o sí?

¿Quién soy?
Pino mímica Club vereda Jardín Escuela (patio de atrás)
Bebotes yolibel
Recuerdos Vida real
Tarea
No existimos

¿Quién soy?
Sentirse un idiota

CULTURA Resultado de cultivar los conocimientos humanos
y de afinarse
por medio del ejercicio de las facultades de un humano
CULTO Homenaje a los bienaventurados
OCULTO Que no se da a conocer
ESCULTURA

¿la falta-pérdida-ausencia de cultura nos convierte en parias,
y en latentes enemigos recíprocos?

Paria: Del inglés pariah; y éste del portugués pariá; y éste del tamul pareiyan, tañedor de bombo. 1. Persona de la casta ínfima de los indios que siguen la ley de Brama. Casta reputada infame por las leyes. 2. Se dice de la persona excluida de las ventajas y trato de que gozan los demás. SIN: Marginado Apestado

¿Quién soy?
Mujer. Zurda. Luna roja.

¿Quién soy?
Zonas de inconciencia
Conciencia inmadura

Si fuera cierto que no lo vas a ver
¿hasta dónde querés vivir,
y en qué parte?
Si existiera la posibilidad
o la certeza
de que sí lo vas a ver
¿cómo vivirías, y para qué (mientras tanto)?

¿Quién soy?
Toda historia o forma de vida es una farsa
si olvidamos
que no sabemos para qué estamos vivos
y cómo
y hasta cuándo.
¿Todo abandono del mundo es una farsa?

¿Quién soy?
La tecnología no es fruto de nuestra inteligencia/
inteligente búsqueda del confort.
Es fruto de nuestras guerras.

¿Quién soy?
No una estructura Sí un ciclo
un ritmo
un proceso
No una repetición
No una compulsión

¿Quién soy?
¿Es corta la vida? ¿o es que bajo la ausencia de verdad
hay apremiante / abrumadoramente mucha humanidad
sufriendo siempre en vano?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Soy

Soy el llamado que no cesa
después de haber cumplido
todos los sangrados y los llantos
después de haber saldado
los caminos y las noches,

después de haber hallado
atrás del rostro de los agresores,
la voz del que ama siempre,
y teme.

No me duelas
así dulce voz de los errores
dejame salir que mi pena ya se cumple
Abrí las puertas de mis alas
pues el vuelo se avecina.
Viene llegando la hora del partir

Si me retienes
y te retengo
se espesarán los caldos alimento
y se agriará la lluvia en las afueras,
cocinará la piel de las aves enclenques,
y nos pudriremos, vos y yo,
irremediablemente.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Desayuno para norte y sur

Aquí y ahora.
Una pequeña mesa cuadrada de buena madera, de buena hechura Sólida en sus cuatro patas flacas sobre el suelo. Ningún bamboleo, ningún traqueteo de pata clueca Un tablón (de muchas tablitas y un contorno) bien alto (suelo recto más silla bajita, sí, también), a la altura del pecho, el mantel, el papel, el mate, marechal (¿a qué altura estará el recuerdo de aquel sureño que dormía?)
¿Qué pasa en el sur que las chicas no sueltan nunca esa llanura seca de neuquén y los chicos no despiertan nunca de la nieve? ¿Qué pasa en la frente y en las manos de las madres del sur?
¡Mi madre sin raíces era tan bella! Me acicalaba el pelo como a una joya. De grandes nos hacía reír su recuerdo melancólico: ¡cuando yo te peinaba! Los estropajos adolescentes no pensaban.
Mi madre me alisaba el pelo con su amor férreo, un amor de coral como los peines, hasta hacerlo brillar Se entrecaían adormecidos mis párpados en su letargo tibio sin lugar.
Qué diosa mi vieja, pensar que estaba ahí y yo miraba para adentro. Nos llevaba de acá para allá, nos defendía como fiera de lo que la hacía enojar Hervía el puchero en esa olla que chillaba y yo la veía pasar, de fuego y madera, de cristal y de tierra, como si fuera una gacela en el ande… no sé… de un buey Ella era como una gran maceta (el árbol sin transplantar) y nosotros los almácigos ¡nos tambaleábamos ahí arriba! Había algún elemento de terror en caerse Pero qué lindo era, siempre ella, en todos tus pesares, en tus corridas eufóricas, en las muñecas nuevas. Mi vieja me preparaba las mamaderas para las muñecas Yo las dejaba pudrir en la mímica inorgánica del juego.
Ella las rescataba y lavaba el pegote pringoso varios días después Y me enseñaba ¿Ves? La leche se hizo ricota.

Amable mecánica del tiempo

Este es el tiempo
cuando la luz era nomás
una compulsión asesinada (un ratón eléctrico en una rueda fija)
una alucinación para los ciegos los desterrados los no nacidos
una máscara riente sobre los rostros de la muerte
la fantochada de los bufones tristes

El sol como una ballesta vacía,
adentro en la boca hilarante
deberán sangrar realmente las llagas de la noche

jueves, 5 de agosto de 2010

Anotaciones sobre la muerte

I
La florida muerte de los pobres,
la sobriedad de los muertos ricos

II
El tenaz intento de olvidar
sublimado en altos muros que dividen la ciudad
de los sepulcros

III
Los santos de muchos credos

IV

¡La muerte que sigue sucediendo!

V
La similitud sugerente
en la estética de las tumbas
y las vidrieras

VI
La rara cosa que es la muerte de un niño

VII
Un pozo rectangular hecho en el barro
donde cabe cómodo mi cuerpo
¿o dónde quepo justo yo?

VIII
Las huellas junto a la tierra revuelta (en las tumbas de las flores frescas)
¿Serán las huellas de los que fueron derecho a casa
y ya entran llorando al túnel del olvido?

IX
Los hedores de la carne,
la desfachatez de un hueso

X
La vida que sigue sucediendo
(pero el mejor silencio
susurra en los cementerios)

XI
La obstinada embriaguez de los amigos entrañables
que estampan telegráficas desmesuras en las placas funerarias

XII
La muerte bataclana que a todos seduce al final

XIII
la muerte ajena que nos duele
a todos por igual

la muerte propia
que a todos aterra más que a nadie

XIV
La muerte que no escapa ni a las deudas.
Las miniaturas del amor.
Los poetas
haciendo como que entienden

XV

esa cosa sin nombre
la muerte del hijo

XVI
El amor aturdido
por el cachetazo del despojo,
El negligente rechazo a las partidas
¿Por qué nadie dice jamás
Me encantan las despedidas?

La casa de la suelta

En la casa de la suerte nunca es un pelo en la frente:
son arañas
Los ruidos en el techo,
lauchas

las breves sombras por el suelo no son hojas secas
son cucarachas

Será que hay espacio para todos
será que el silencio es sólido como la leche
blanco, fresco,
y luminoso

será que alguna nube panzona
nos llovió la señal en la losa
y nos dejó, ladrillos marcados
goteras cantantes
para guiar
para llamar a los incómodos

jueves, 29 de julio de 2010

Nada es siempre algo

-creo hoy-
El dolor a veces es otras cosas (ilusión, duda, sospecha, expectación)
El dolor a veces no duele
ni cuando es dolor
como hoy -creo-

todo va cambiando y como en una casualidad insorprendente
nos lleva un paseo (no podría decir que soy llevada, o que me llevás)
por una cinta color tiza
de cosas que pasan
y son corrientes
-como el silencio, a veces-

Nos miramos los zapatos
oyendo el crujido como de hojas secas
de las bocamangas

La imaginación o el aire no sé bien
disparan un abrazo de tres
que no nos damos

A Ana
A Pancho

martes, 8 de junio de 2010

nunca es otra vez

¿qué
te hostiga todavía desde un pasado que ya no existe? ¿quién nombra el miedo
en la réplica
tantas veces? ¿quién dijo que tenías que traerlo como insignia?
esa imagen te engañó y vos engañaste a esa imagen

a pesar de la arena que se escurría / en cuál empuñadura
no quisiste encarnar la vida
ese rompecabezas roto que ordenabas siempre después

te relamías en tus ahorros que terminaban siempre por enjuagarse
diluidos
No eran más que tiempo.

(algo te sigue buscando / podrías hacer el favor de estarte quieto)
¿otra vez el azar en unos ojos raros te llama? aunque es endeble tu vigilia, desde el cuerpo aterido y somnoliento el niño siempre mira
los colores se quieren derramar allende el estrecho vaso imaginario
¿no es ésta otra vez la primera? ¿has visto acaso a un gesto repetirse
(un miedo exacto o el temblor de una llegada
justo antes)?
no es posible mirar nada dos veces y sin embargo
removés la pintura de un balde seco / tratando de encontrar
un mural con el mapa

lunes, 17 de mayo de 2010

Sobre el ritmo (y las urgencias aparentes)

1.

qué nos pasa que tardar
nombra el simple acto de usar
tiempo para algo
y a la vez usarlo, pero demasiado

2.

tardanza se llaman la acción
y el efecto de tardar
es decir que tardar
es actuar, pero medido en tiempo

3.

la verdad de las mil maneras
es la verdad siempre vigente
se llama ritmo, la queramos o no

Lo lento

lentamente
miniaturas
que se tocan ven surgir / entre sí
miniaturas
lentamente

miércoles, 28 de abril de 2010

Se sigue

Sigo estando adentro mío

abro los ojos y la misma mano
tamborilea muy muy lento
sólo el dedo índice

adentro de esa mano
atrás del ojo que la mira
estoy yo

como hace veinte años
como hace más de veinte años

habrá que dejar
de amatambrar la carne del alma
para no salir

Como en aquel tiempo que ya no me pertenecía

aquel recuerdo en la tierra de las hamacas
en la ciudad secreta de los bandidos de pomelo
los amores malogrados
los hijos de palacio
sigo estando dentro mío

habrá que cortarla con buscarse
en el manual del ciudadano
consultando la grilla de las opiniones públicas

como acá nomás
arriba empezando el poema
desde atrás de la mano entumecida
sigo estando

sábado, 10 de abril de 2010

Del más limpio canto que cantan los santos que aman vivir

Es un niño desnudo
sentado en el suelo
jugando
No tiene de malo
nada, de lo nada de malo
que tiene la nada. Escucha un leve ruido
: lo llama
un llamado que tiene
de malo la nada


Si llaman de allá
donde las canillas no se rompen
¿vas a estar, chico de la rasta y los ojos crispados
de la ferretería?
¿vas a estar, viejo danés llamado ole
con el abrazo de nube más grande del mundo?
Si voy donde las venas y el pelo no van
¿te veré rostro hermoso, rostro que tanto ha llorado,
cada día en la lisa sonrisa de un espejo cualquiera?
Allá donde no hay muelas ni ombligo y el sol no quema
¿vendrás conmigo dulce carne aterciopelada
que tan ciegamente he masacrado?
¿Podrá desdoblarse el maestro, y enseñarme allá
donde no se aprende nada, mientras se queda acá
haciendo todo mejor
como cuando estábamos todos?
Allá donde no hay nombres ¿se acordarán de la palabra
con que nombraba a la primera mujer
de diamante y vegetales?
¿podrá acaso responder si me asusto,
a mi sobresalto de hipo?
¿Quién será el que llama?
¿con qué argumentos me arrebata
el silencio de la noche
todos los tipos de ciclos
todos los ruidos del día?
¿con cuáles razones me convoca en otro sitio
en ningún sitio
para qué?
¿con qué amor tan sincero me querrá convencer
de que me vaya?
Allá donde no crecen los árboles ¿estará
este pájaro imberbe holgazán
que canta descarado en la ventana
mientras un niño levanta
la vista
quizás
responde?

sábado, 3 de abril de 2010

Receta para qué

Cuando se sienta estallar, dispersarse, diversificarse; cuando se llene sin querer de frases hechas, cuando no sepa qué, cuando se sienta un fuego.
Cuando sienta perder la perspectiva:

corra hasta la balanza y apriete su gravedad contra ella
(es un plato cuadrado y blanco, y un visor digital, nada más)
abríguese en el diálogo numérico de la física tradicional
Mírese los dedos de los pies aplastados contra el suelo
Tome un cable y átese a la tierra
Tenga una conversación con la ley,
existe siempre al menos una ley, una norma, que reza la unión de sus átomos
y el ritmo natural y vacilante de su multiplicación

En las tardes más raras del mundo, cuando salvarse es una cuestión vital
penda de un hilo elástico y cuide el balanceo de sus movimientos

Seguramente caiga a cada momento
y a cada momento suba raudo hacia el cielo

Rellénese de mermelada barata y mándese al horno
estalle en las paredes
suelte humo negro,
Amíguese un poco con su mala calidad

Recuérdese la magia de las cosas simples, pero mágicas
como un poema de cadencia particular
como el vaivén de un abrazo
como el sonido de la noche, entre el susurro y la nada,
entre los montes oscuros y el arrullo del nido
entre los muertos andantes, y la luna de los ojos
azules y abiertos

Mire fijamente
la hierba que crece de la nada

tenga mucho cuidado
con la incomodidad
Bésele las manos a tan bella dama
piense en la señorita que le cobra las cervezas en el supermercado de a la vuelta

píntele algo
camine un poco
déjese estar en ese barro asqueroso
infle un globo de chicle con las malas ideas
que le mascullan en la cabeza
sin lugar a dudas

No diga miedo
Trate de no llorar
Y no tome decisiones

todo este escándalo

todo este escándalo
de sesenta y siete kilogramos vestido
ciento sesenta y siete centímetros calzado

este ardor de siete galaxias
en tan poca carnalidad

qué hacer me pregunto
con todo el resto del fuego

lunes, 8 de marzo de 2010

el árbol

el árbol verde

el árbol caído

el árbol seco

el árbol invisible

el árbol blando

el árbol venenoso

el árbol suculento

el árbol bondadoso

el árbol fresco

el árbol frío

el árbol bueno

el árbol desnudo

el árbol ciego

el árbol acecha

el árbol murmura

el árbol canta

el árbol abriga

el árbol hostiga, persigue

mata

el árbol mira

el árbol ve

el árbol besa

el árbol es

el árbol

domingo, 28 de febrero de 2010

punto final

decile basta al puto cuento triste
de la fábrica de momos
que te hace vivir cagado en los pantalones
de miedo a todo

dejá salir la risa
dejá salir los gritos los escobazos
arremangate
llamá al mecánico parate erguido dejá propina
tirate un simple pedo
quedate a dormir

ponete a leer ya mismo ese libro
que se muere por tocarte

por tus amigos lo que sea
¿y por vos mismo no?
dejate de chamuyos
dejá de repetir
como repiten las viejas los chismes
falsos discursos que no te sirven para nada

guiñale un ojo a la cara de idiota
del espejo
bancate ser un animal

dejá salir el coraje con el que naciste
aguerrido a través de un túnel
oscuro estrecho y ensangrentado

a los pocos días ya te morías
de risa por cualquier mueca

¿qué más querés?

no temas

no le temas al grito
no le tengas miedo al miedo
a las enfermedades a los demás
a la pobreza a la soledad

tenérselo es entrenarte
en ser un soldado triste
cabizbajo
miope sumiso atolondrado

no huyas haciendo el drogón
el borracho el promiscuo
el solitario

hacerlo es pulir los adoquines
de la calle del regreso
al mismo miedo inútil de antes

no le tengas miedo a la peste a las plagas
a la nada
no tengas miedo del final
de cada cosa

aunque nadie te lo diga
fijate
todo se termina
y todo es tan bello

martes, 23 de febrero de 2010

caminos

camino del guerrero espiritual

a la perfecta paciencia, camino
cansada de la maldad que en mí habita
insistentemente
tenazmente
no me doy por vencida
pero estoy ¡tan cansada!
de perder la paciencia
de amar de menos
de la queja y de la enfermedad
de buscar el amor por no poder verlo
de la soberbia
de la torpeza

estoy cansada de la ceguera
de rebuscar un abrigo
por las calles de la sangre
y el maltrato
estoy cansada del ruido
de la ira
de la tristeza
y de la violencia


camino del amor perfecto

a la perfección del amor
camino de la maldad tenaz
la paciencia huidiza
el amor avaro
el corazón miope
la enfermedad y la queja añosa

la torpe soberbia

el rebusque por las calles de la sangre y el maltrato
la ira ruidosa
y la violenta triste

el arrastre arrojo
en la quimera del abrigo
si tu cuerpo es un estufa
¡qué buscás!


camino de la compasión sin objeto

el amor no tiene perspectiva
no rebota en vos
como punzando un dulce riego
enterate:
te atraviesa
somos transparentes

él es el todo
atrás de todo

amores raros

yo diría, dijo un taxista que no la conocía,
que estás rarísima

y era cierta la mentira
de un desconocido.

la noche,
dijo porque sabía cuando se bajó del auto,

es la noche ese amor raro
esa sombra esa intriga que me tiene enrarecida
entre sus brazos entre sus ojos verdes
punzantes un anzuelo que antes de hincar
ya tiene presa

este pudor que me enhebraste como un hilo
le dijo a la ausencia un rato después,
fijate me florece como hiedra
purulenta en la herida más normal

domingo, 7 de febrero de 2010

palabras bajadas

las palabras dirán la música silenciosa
un jardín iridiscente (verde y azul)

las palabras soltarán su gran poder
en la vera callada del camino

la noche, un equilibrista desnudo / la noche transcripta, bajorrelieves revelados, suplemento en los reflejos / canciones de ser / placeres de montaña / sobre la cima el templo blanco,
el viento es el cabello del ángel
lo gris plata fundida en arena / el barro
el oro detrás de la vida que muere erróneamente


las búsquedas por cierto
no se agotan,
el álbum de la memoria despertará para que amemos

los andamios enraizarán
ombúes de copa ebria / la sombra cobija siempre
el canto de un indio

en los mercados / corre un río en las voces
está posada una flor en cada fruto

viernes, 15 de enero de 2010

Para el encuentro

cobrar la ternura de la nube


abrir dos veces la cuenta las puertas del aire


disolver la mirada de niño sobre lo migrante

ver

ver se ven los pájaros / el vuelo
la luna menguando / inmóvil distorsión de hueso
la luna grávida,
la luna mudando sobre las estaciones
/ caliente aliento del invierno

el peso de una cosa no se ve
el del pasado tampoco
cómo tiene lo que no ha sido, la densidad de la roca
cómo se quiere ir allá -si el tiempo no es un lugar-,
a mudar la noche en otra cosa

máscaras despiertas

como balsas perdidas
virábamos
de la fanfarria a la cobardía

suicida

¡cómo miran los niños de la ciudad
el césped alejado del campo
desde las ventanas!


algo que pendiese de lo alto
erguido en la trama misteriosa
se soltara del tejido como un nudo

y rodase mundo abajo, entre los muros de la seguridad,
como un muñeco de tela en el agua

la paz!

la puta paz cuando no llega
se derriban como dominós los jardines del hambre
se hunden en cenizas de molienda los caminos marcados

la ruta sigue llevando al muelle de los malheridos

las cuentas dan, los hechos mezquinan
muchos planos como espejos rotos
usan sus voces en una ristra engualichada

¿has sido burlado alguna vez?

miércoles, 6 de enero de 2010

estar atento

está el que teme
y está el que habiendo dejado de temer
ya sabe

Odiosa rareza

Odio a las mujeres extrañamente bellas. Mujeres desobedientes, voluminosas, raquíticas, o lo que sea, pero siempre feas, feísimas; cojas de andar enrarecido, rostros cubiertos de muecas repetidas, absortas. Minas que resisten registrar al entorno en la elección del estilo para la sensualidad.
Esas minas me aterran, porque no quiero ser como ellas, no quiero tener nada que ver con ellas; no quiero ser distinto y arriesgarme al exilio de los ridículos, despojado de mi honrosa pertenencia a esta pequeña sociedad, y sus cuidados preceptos sobre cada cosa.

Las odio, pero les tengo un amor irreductible; cuando las miro, por breves instantes, escondiéndome del resto, y de mi mismo, las contemplo en su andar. Evito con todas mis fuerzas recordarlas, y no lo consigo. Se aparecen en mi mente como fotos movidas, estelas de color, en un sello de intensa sensación. Me hostiga la insistencia de su belleza.

Creo que muchas de ellas se odian a sí mismas, pero no pueden evitar ser extrañas; no logran volverse normales, son su propia prisión, de la que no pueden escapar, y secretamente acaso no quieran.
Yo las veo pasar bajo ese fuego, con el rostro del terror: conocen el infierno de querer, y no querer, una misma y sola cosa.
Yo conozco ese infierno por conocerlas a ellas.

Al principio, durante la adolescencia, me escudaba en la sensación predominante de desprecio, y decidí que ellas eran algo más para despreciar. Y punto.
Con el tiempo, comencé a sospechar de mi mismo. Las detectaba cada vez desde más lejos. Sintiéndome como imantado por su presencia, por más remota que fuera. Como si algo entre ellas y yo me redujera a una única cosa: espectador.
Puedo detectar una mujer como esta entre miles de otras mujeres, más o menos normales, corrientes u obedientes en color, forma y contenido aparente, al contexto que las contiene, -y las retiene?-. Puedo sentir el temblor de sus pasos en el suelo que vibra, hasta casi diría oír sus pies, uno por uno avanzando, acercándose.

Las odio, pues hacen que me sienta extraño yo también. Que me odie, como las odio a ellas.
Cuando estoy con amigos, y pasa una mujer así, espero que alguno haga un comentario, un gesto al menos, del tipo Qué buena mina. Sé que nunca pasan desapercibidas, me violenta que no resulten atractivas. Me siento enfermo a causa de sus bellezas trastocadas, sus sensualidades cifradas.
Muchas veces escucho a otras mujeres, jóvenes o mayores murmurar, gesticulando divertidas al respecto de alguna rareza: no las incomoda, son felices teniendo motivos para reír.
Nadie sospecha que le pudiera suceder un día descubrirse atraído, enamorado de una distinta. Les estallaría el cráneo en mil pedazos!
Pero a mí no. yo trato de no perder el coraje, aunque sólo consiga sentirme violento, hacia ellas y hacia mí.
Hechos I
Vivo con miedo, se dijo, Es mi sensación más auténtica, esa dureza pegándome los huesos a la carne, y a la piel... se detuvo pensativo. Buscaba.
Ese pensar por duplicado. Vivo bajo la opresión del miedo (me da más miedo todavía juzgar que he perdido el tiempo vivido así). No sé si sea un error de medición, pero no puedo distinguir nada más intenso, más inconfundible a cada momento, que esa rígida incomodidad, el aplastamiento del miedo. Esa desilusión constante, ese grisarse de todas las cosas que me despoja de repente ante un instante cualquiera hundiéndome en la desolación del terror, la convicción de que en un breve olvido podría matar a alguien, o alguien matarme a mí, lo que sea. La lluvia podría mojarme mientras camino, avergonzándome con cinismo. Lo más morboso, lo más extraño, sin limites de variedad o tamaño.
Tengo siempre miedo.
Tengo siempre unas ganas dolientes de estar haciendo las cosas distinto. De no haber dicho lo que acabo de decir, de no estar ahí sentado, expuesto al porvenir. Preferiría estar atado, preso, donde el minuto siguiente no pudiera traerme más que dos o tres cosas, un rango reducido de posibilidades... Lo que sea para que no pueda ponerme en peligro, y no dependa de mí, de una especie de fuerza de voluntad de que debo hacer uso (supongo, sin estar seguro) para sobrellevar el ahogo, cada vez que me visita esa sensación del tiempo echado a mis pies, amenazante, rogando ser arruinado, perdido, destrozado en otra historia mediocre, en otro lapso más de vida sin sentido, chato y hediondo como el cadáver de un perro en literal desaparición sobre la ruta, aplastado incansables veces bajo el ardiente sol de enero.

Qué debe hacerse con el miedo? Por qué me siento así? Por qué deseo desde siempre otra cosa de lo que tengo, soy, hago o pienso?

Jamás dudo del miedo, jamás podría confundirlo, aparece transparente, puro, y sé perfectamente que es él, otra vez sumiéndolo todo alrededor en su jugo aceitoso, como de serpiente. Como una serpiente enredada en la cinta del tiempo, que se estira soberbia hacia adelante. Nos mira con sus ojos poderosos, y finge saber que lo que sea que hagamos, lo haremos mal.

Miedo a la contaminación de una pureza que pretendemos adquirir o descubrir, pero que lleva un tiempo que nunca tenemos suficientemente, entre sus visitas. Y siempre es un volver a empezar, cuando su aceite nos embadurna y nos corrompe: no queremos estar limpios, no queremos limpiarnos, queremos ser puros, queremos ser perfectamente valientes, libres. Queremos ser más y más plenos, en términos generales, y en los mínimos detalles. En la gestación de cada cosa -nosotros mismos, esa voluntad bella que nada sepa del temor-, en su desarrollo y efectos.

En cambio la voluntad que ejercemos contra la ruina latente, es una voluntad corrupta, que conoce los infiernos y se le nota, trabaja con lo que hay, y no cree en el estado puro de la creación.

Palabras
Para poder hablar de cada cosa, el lenguaje inventa, patitieso e inútil, una palabra para cada extremo (malo-bueno, adelante-atrás, arriba-abajo, etc.). En medio del laberinto de gradualidades estamos desnudos y solos, desposeídos. Y queremos pertenecer. Y el miedo apretando el tiempo que nos resta vivir, parece que lo supiera. Parece que supiera que nuestra tenaz miseria siempre guarda un intento (fallido) más.

Es miedo el nombre de un extremo? No lo sabemos. Está entre nosotros y la idea de libertad. Y no queremos una carrera con obstáculos, queremos correr libres hacia cualquier parte y que en un universo puro y perfecto, cualquier dirección nos conduzca hasta ella.

Hechos II
La historia de mi vida es la historia del miedo, a todo y a todos; la historia de los intentos fallidos, de los avances en falso y las marchasatrás. La historia de los toqueteos, de los coqueteos; de los abandonos. De las preguntas sin respuesta.
Es la historia de todo eso, dejado por escrito, con aberrante ausencia de talento, en un obcecado escribir, sin releer, sin ser leído.
Es la historia de saberse sucio, y negarlo; la historia de las purezas frustradas, como un mal cuento de hadas.

Palabras II
Es la historia silente de un pequeño huerto de tierra estéril, despreciado del miedo. Donde la libertad es un plantín medio marchito; una niña violada y sola en su secreto, que a fuerza de vernos fracasar, dejase algunas veces su rincón y se acercara curiosa, sin que alcancemos a verla.