martes, 28 de julio de 2009

gracias concedidas

Tengo a mis padres y hermanos vivos. Mis sobrinos. Techo donde dormir, frazadas, sábanas, estufa, ventilador. Ropa. Zapatos, zapatillas, camperas, bufandas, termo, mate, yerba, galletitas, queso, cereales, sopas y arroz, zanahorias, trabajo, sueldo, plata en el monedero; bicicleta, hebillas de pelo, cepillo de dientes, dentífrico, lentes de contacto, anteojos; jabón, agua caliente, agua fría, leche, champú, crema de enjuague, eucasol, almohadas, teléfono, velador, libros, papel, lápices, lapiceras, computadora, internet, patio, plantas, burrito, cedrón, cactuses, ficus. Sillas, mesas, mantas, almohadones, heladera, cocina, horno, alacena, canillas, soga de la ropa, sahumerios, revistas, material de estudio, libro de recetas, freezer, puertas, cortinas, persianas, parientes, vecinos, amigos, alumnos, maestros. Tengo lugar donde dar clases, auto prestado, plata para la nafta.
Odio, bronca, estupidez, pelotudismo; tiempo perdido, miedo a muchas cosas, ideas estúpidas, ilusiones snob, incomodidades de tonto, deseos, obsesiones, trabas incomprensibles, impotencia a rolete, escobillón, lavandina, detergente, algún plato, vasos y cubiertos, ollas y sartenes, escobilla y desinfectante de inodoro, inodoro y papel higiénico, ducha, cortina de baño, baño con puerta, intimidad para mis escatologías, privacidad para algunos de mis escándalos.
Amor por la risa, amor por la poesía, amor por el día. Curiosidades superficiales, superficialidades varias, preocupaciones existenciales, ganas de más amor, ganas de ayudar, pruritos, dudas, complejos, cansancio, culpa.
Ojos, oídos, boca y brazos. Piernas. La meta en la libertad.
Esperanza.

viernes, 3 de julio de 2009

Meditación

nunca se puede estar tranquilo
porque la casa está sucia
los caños rotos
la billetera vacía
el cuerpo gordo
la mente enferma

los deberes incumplidos
y hasta los sueños
postergados.

te odio

hacerme decir la voz finita
un culo chiquitito
unas patitas flaquitas,
unas tetas divinas
un pelo precioso
te odio

estoy afuera
quise ser fiel ir hacia vos
y no pude (con) los escalones
con los escalafones de la desgracia
de ser hecha desaparecer

No pude con el odio
no he podido
ni dar batalla
ni con el ejercicio
de ser, en la confusión del ruido
que mueve la foto
viva de la verdad.