miércoles, 7 de diciembre de 2016

Al calor...

Al calor del amoroso
caos colectivo
me refugié en la noche
y mis compañeros de
tiempo
en la ruidosa carrera enajenados
sin sentido
me abrigaron:
Los amé.
Los amé como se ama
a quien te da la vida,
porque ellos me la devolvieron.

Y fue mía ahora sí, indefinidamente,
y estaba caliente, y sus paredes
húmedas, carnosas, pálidas (calientes)
-un rayo de luz en el humo en la noche-
fueron a mi corazón
de latidos que se desperdigaban

un abrazo
una musical matriz de resonancia.

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